Y muchos pensarán, “¡claro, las tengo en mi facebook o en mi Instagram!”, pero realmente no me refiero a esto, si no a la bonita costumbre que probablemente algunos hemos perdido, y es la impresión de nuestras fotos y poder colgarlas en nuestras paredes o ponerlas en la repisa en un hermoso porta-retrato.

Daniel y yo tenemos la costumbre de cada cierto tiempo imprimir nuestras fotos de nuestras cámaras o celulares, aquí un post donde les platico esto , pero esas fotos quedaban guardadas en cajas o álbum, hasta hace un par de años compré mi primer porta-retrato para nuestra sala, la verdad no sé porqué no lo había hecho, bueno sí sé, por desidia.

El tener fotos impresas y a la vista es un constante recordatorio a bellos momentos, personas queridas o eventos especiales.

Hace unos días tuve la suerte de ganarme una impresión tamaño póster gracias a Pamela Barrón, de casi un metro, y en cuanto supe que me lo había ganado no dudé ni un momento en que esa impresión sería para una foto mía, muchas veces pensamos “hay no que pena como voy a imprimir una foto mía, dirán que soy muy egocéntrica”, pero la verdad no me importó, me encantó esta foto así que la mande imprimir y la pondré en mi estudio; de vez en cuando hay que dejar de preocuparnos por el que van a pensar de mí, y hacer lo que sentimos.

De verdad no saben la emoción que sentí cuando Daniel me trajo la impresión, ya que ésta se debería hacer en el DF, y el aprovechó una ida de trabajo para traérmela; cuando llego a casasentí esa emoción de cuando tienes algo nuevo, la ansiedad de querer abrirlo y tocarlo, me encantó la impresión, los colores, parecía que estaba viendo en vivo ese vestido que tanto me gusto, ese vestido que me hizo querer bailar .

Fotografía impresa en Canon, Ciudad de México

Así que anímate a realizarte una sesión de fotos y tener la oportunidad de poner en tu sala, en tu recámara o donde quieras las fotos que te recuerden una experiencia agradable. A poco no les pasa que cuando están en casa de algún familiar o amigo, y que tienen sus fotos en la sala o un collage en el pasillo, nos llama a pararnos frente a las fotos (bueno al menos a mí) y empezar a identificar a quien conocemos y buscarnos en las fotos y empezar a recordar anécdotas, ésta es la magia que tienen las fotos impresas, traer recuerdos que tal vez teníamos olvidados.

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